
Evolución de precios del aceite de oliva en el año 2015
La escasa campaña de recogida de aceitunas a nivel nacional en España durante la campaña 2014/2015 ha provocado una situación de volatilidad de precios a medida que los niveles de existencia de este oro líquido va decreciendo, teniendo de todas formas el precio del aceite de oliva una tendencia alcista.
A principios de año el aceite de oliva virgen extra comenzó con un valor en torno a los 3.2 euros/kilo de aceite, habiendo experimentado en los últimos meses de 2014 una subida más que significativa y fijándose un precio del cual el aceite de oliva virgen extra no debería fructuar a la baja en demasía en los próximos años si se quiere recuperar el valor del trabajo en el campo español tan deteriorado y a la baja en los últimos años.
El valor indicado del aceite de oliva virgen extra, como se muestra en la gráfica en color verde, ha mantenido una tendencia creciente durante los primeros meses del año hasta llegar a los 3.6 euros/kilo a mediados de Mayo. Pero esta tendencia parece romperse en los últimos 15 días bajando a 3.5 euros/kilo, valor que puede ser, viendo los datos totales un buen valor de venta tanto para compradores como vendedores.
A nadie le conviene que el mercado se estanque y deje de consumir este aceite a favor de otros de menor calidad, por lo que el precio no debe subir ya demasiado teniendo en cuenta que aunque las reservas son un 40% inferiores a las de los últimos 4 años todavía quedan disponibles unas 600.000 toneladas, repartidas entre las almazaras (unas 400.000 tn) y las envasadoras, refinerías y operadores del mercado que controlan el resto.
La «buena noticia» es que estos precios se han incrementado de manera significativa en origen, pero no tanto en el consumidor final, ya que dada la crisis actual un incremento más severo de precios paralizaría la demanda final, no conveniendo a ningún eslavón de la cadena de suministro.
La «mala noticia» es la picaresca y mala fé que se puede producir, por algunas partes, para no asumir pérdidas o disponer de márgenes de beneficios superirores, mediante la adulteración de los productos con mezclas rozando la ilegalidad, con la consiguiente posible estafa final. Este hecho supone, además, un mercado desleal con sus competidores y no deberían de tolerarse, realizándose exámenes más exahustivos para detectar estas infracciones.
Con respecto a los datos de ventas, tras el incremento de precios durante la campaña, son inferiores con respecto a los del año 2014, al haber disminuido estas en España en torno al 20% y las exportaciones en un 15%.